Vía Crucis Diócesis de Madrid

El arte al servicio de la contemplación

En la pasada Semana Santa tuve el honor de participar en el Vía Crucis organizado por la Archidiócesis de Madrid en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, presidido por el cardenal José Cobo Cano. Catorce artistas fuimos invitados a poner color y forma a cada una de las estaciones, ofreciendo nuestro talento como un camino de contemplación y oración.

Mi aportación fue la acuarela del Santo Sepulcro, correspondiente a la estación XIV. En ella quise expresar no solo el silencio del sepulcro, sino también la tensión entre la oscuridad de la muerte y la luz de la esperanza. Cada trazo buscaba convertirse en un espacio de recogimiento, donde la fe se hace imagen y la imagen, a su vez, invita a la meditación.

El conjunto de las obras permitió a los asistentes recorrer visualmente el camino de Cristo hacia la Cruz, acompañados también por la música en directo y las meditaciones del Papa Francisco. Fue un acto de comunión artística y espiritual, en el que distintas voces, sensibilidades y talentos se unieron para proclamar que la Cruz es, en palabras del Papa, memoria viva de un amor que libera.

Agradezco profundamente a la Archidiócesis de Madrid la confianza depositada en mí al invitarme a formar parte de esta experiencia tan significativa, donde el arte se convierte en un puente para vivir con mayor hondura el misterio pascual.

Este proyecto es también testimonio de cómo el arte puede ponerse al servicio de lo trascendente, ofreciendo a instituciones y comunidades una herramienta poderosa para comunicar, acompañar y hacer visible lo invisible.